miércoles, 17 de junio de 2015
desarrollo película osama
Desarrollo de película osama
1-Una niña de doce años y su madre se ven abocadas a la
miseria cuando, con la llegada de los talibanes al poder en Afganistán, pierden
su derecho a trabajar y la posibilidad de salir solas a la calle, dado que no
tienen a ningún varón en la familia que vele por ellas. La madre y la abuela de
la niña deciden entonces hacerla pasar por un chico, lo que llena de terror a
la muchacha, angustiada por lo que puede pasarle si se descubre su verdadera
identidad.
Cuando, en compañía de otros chicos, es llevada a la
madrasa, escuela religiosa que además es un centro de formación militar de los
talibanes, recibe la ayuda de Espandi, un chico que sabe quién es realmente y
que le da un nombre: Osama.
2-
La niña: es la protagonista de la película demuestra
responsabilidad al aceptar el término que le pide su madre pero no sabe en lo
que se mete y eso le genera mucho miedo
La madre: es la cabeza de la familia y demuestra mucha desesperación
al proponerle eso a su hija pero es irresponsable al poner a su hija en tal riesgo
por lo cual no demuestra tener mucha idea para solucionar problemas
La abuela: es una mujer que apoya mucho las decisiones de la
madre y la hija y por eso se es de admirar pero tiene los mimos problemas de la
madre
3- Osama se salva de la ejecución pero la condena es
igualmente cruel. El mullah que les enseñaba a los jóvenes los rituales del
lavado de los genitales le pide a otro mullah que le entregue a Osama como
esposa... claro, sin que ella pueda decir una sola palabra. Nadie del público
masculino que es testigo de la sentencia tiene piedad y es entregada para la
satisfacción sexual del viejo esto es algo muy horrible es pero que ya ejecución
me llamo mucho la atención porque es dejarla vivir pero a que costo.
4-Osama es amarrada, colgada y torturada dentro de un pozo,
desde donde llama lastimeramente a su madre ante la indiferencia de los mullahs
y talibanes. Es su castigo justo, según ellos. Y, para colmo, mientras está
colgada del pozo, tiene su primera menstruación... Es cuando los talibanes
confirman que es mujer, con la señal orgánica que para ellos representa la
inmundicia.
5-LA MUJER EN LAS DIFERENTES CULTURAS
EN EL HINDUISMO
“El esposo puede abandonar a su mujer: si es defectuosa y le
ha sido entregada sin advertencia, si ha dado a luz sólo a hijas, si se halla
atacada de enfermedad incurable, si tiene mal carácter... Podrá reemplazarla
por otra” (libro de Manu)
En esta religión politeísta y patriarcal, la mujer pertenece
a un sexo inferior. Teniendo en cuenta las referencias que de ella en algunos
libros sagrados, la mujer apenas goza de libertad. Fuera del hogar, tiene
escasos privilegios; por ejemplo, no puede disponer de bienes.
En cuanto a derechos, el Libro Sagrado del hinduismo
menciona más bien pocos: quedan eximidas del pago de pasajes si están
embarazadas, hay que cederles el paso y, en general, cuidarlas, por no decir
vigilarlas. El texto establece una concepción muy negativa de la mujer: impura,
infiel, insaciable, tentadora, deshonesta y perversa.
EN EL BUDISMO
Siguiendo la línea discriminatoria, el budismo tiene desde
sus orígenes una idea de la mujer como
un ser pícaro, lleno de malicia, en el que es difícil encontrar la verdad. Buda
recomendaba a sus monjes que nunca se dirigiesen o mirasen a la mujer, a no ser
por verdadera necesidad. Inicialmente, las reglas establecidas eran exclusivas
para los hombres.
Más tarde, Buda cambia su mensaje y otorga a la mujer una
mayor libertad e incluso, dándole –al igual que al hombre- la posibilidad de
alcanzar el ansiado Nirvana. Sin embargo, a pesar de la equidad aparente, se
detectan discriminaciones. Por ejemplo: el voto de las monjas budistas tiene
menos valor que el de los monjes.
EN EL JUDAÍSMO
En la vertiente ortodoxa, el hombre puede vender a su hija;
la mujer, no. El hombre puede desposar a su hija; la mujer, no.
La Torá relata que Dios, después de crear al hombre, lo
durmió y extrajo de él a quien sería su esposa pues había visto que necesitaba
compañía. Con esta premisa, podemos imaginar que el papel de la mujer en el
judaísmo más ortodoxo es de absoluta sumisión al varón. La mujer asume que la
función más importante de su vida es la de crear un hogar feliz y agradable.
Está orgullosa de ser una ayuda para su marido y su meta es
mantenerse fiel a él. Para los judíos ortodoxos y su código moral milenario, la mujer queda
sometida al hombre hasta que éste lo desee, pues sólo él puede pedir el
divorcio. Frente a la visión ultraconservadora, existe la libertad, que plantea
un marco de igualdad frente a temas como el trabajo, la educación, el divorcio
o la reproducción.
EN EL CRISTIANISMO
En la perspectiva de la antropología cristiana, toda persona
humana tiene su dignidad; y la mujer, como persona, no tiene una dignidad menor
que la del hombre. Ahora bien, con demasiada frecuencia la mujer es considerada
como objeto a causa del egoísmo masculino, que se ha manifestado de muchas
formas en el pasado y se sigue manifestando también en nuestros días.
La Doctrina de la Iglesia enseña que es preciso sacar con
coherencia todas las consecuencias que derivan del principio de la igualdad de
la mujer con respecto al hombre, en la dignidad personal y en los derechos
fundamentales. La Biblia nos deja vislumbrar esa igualdad.
A este respecto, puede ser interesante notar que en la
redacción más antigua de la creación de Adán y Eva (cf. Gn 2, 4-25) la mujer es
creada por Dios de la costilla del hombre y está puesta al lado del hombre como
otro yo con quien él, de manera diferente a la de cualquier otra realidad
creada pueda dialogar de igual a igual. En esta perspectiva se coloca el otro
relato de la creación (cf. Gn 1, 26-28) en el que se afirma inmediatamente que
el hombre creado a imagen de Dios es varón y mujer. Así se manifiesta la
diferencia de sexos pero, sobre todo, su necesaria complementariedad. Se podría
decir que el autor sagrado, en definitiva, le interesaba afirmar que la mujer,
al igual que el hombre, lleva en sí la semejanza con Dios y que fue creada a
imagen de Dios en lo que es específico de su persona de mujer y no sólo en lo
que tiene de común con el hombre. Se trata de una igualdad en la diversidad
(cf. Catecismo de la Iglesia Católica, nº 369). Así pues, para la mujer la
perfección no consiste en ser como el hombre, en masculinizarse hasta perder
sus cualidades específicas de mujer; su perfección, que es también un secreto
de afirmación y de relativa autonomía, consiste en ser mujer, igual al hombre
pero diferente. En la sociedad civil, y también en la Iglesia, se deben
reconocer la igualdad y la diversidad de las mujeres.
EN EL ISLAM
La lapidación o la flagelación siguen presentes en países
musulmanes como Iraq, Irán, Arabia Saudí, Sudán, Nigeria, Pakistán, Somalia o
Yemen.
Según el Corán, Alá concede al hombre y a la mujer los
mismos derechos, virtudes y obligaciones. Sin embargo, en la mayoría de los países
musulmanes, la mujer padece una fuerte discriminación. Sin libertad de
expresión y apenas de pensamiento, vive sometida al control masculino y
absolutamente infravalorada.
Tiene obligaciones como la de ocultarse bajo el burka o
prohibiciones como la de reunirse en grupos públicamente. No puede orar o
mantener relaciones sexuales durante la menstruación, debe asumir la poligamia
de su esposo y no puede casarse con personas de otra religión. La ablación aún
se practica en algunos países. Pese a todo, nuevas generaciones de musulmanas
han comenzado a hacerse oír.
viernes, 5 de junio de 2015
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